La mayoría de los desfiles que he visto en
MBFW carecen de una entidad propia e identificable. Al margen de la ausencia de industria que les respalde, al margen de que los puntos de venta brillen por su ausencia o de que la mayoría estén forrados de subvenciones estatales, la realidad es que sus shows no emocionan y el resultado es que uno los ve con desdén y con mucho aburrimiento. Creo que es muy complicado hacer que un desfile de moda sea aburrido, tienes chicas preciosas que parecen princesas, música atronadora y unas gradas llenas de gente esperando por algo emocionante.
La mayoría de los que he podido ver, algunos sentado comodamente, ni me han emocionado ni me han causado ningun tipo de sentimiento, ni bueno ni malo, me han dejado indiferente, de la mayoría no recuerdo ni una sola prenda y de otros he olvidado hasta el nombre. Yo creo que se trata o de una depresión o de falta de Litio en mi organismo.
El entorno donde se realizan los desfiles no ayuda demasiado a distinguir cuál es el desfile de, por ejemplo,
Martin Lamothe del de
Teresa Helbig. Mismo casting, misma pasarela, casi la misma música, las mismas caras y las mismas
CINCO FILAS vacías de bloggers con su nombre puesto en un cartel que ni siquiera se molestaron en llamar para decir que no iban a madrugar para ocupar sus asientos la mañana siguiente a los fiestones que hay la semana de desfiles... imagino que estarían haciéndose fotos en el
Retiro. Si
Pedro Mansilla, Juan Belmonte, Ana Ureña o la musa de este blog
Julia Martínez madrugaron. ¿Por qué tú no?.¿Cuál es tu papel exactamente en este tinglado para hacer ese feo?.
Harina de otro costal es acudir a la
Casa del Embajador de Francia para ver el desfile de
Alvarno rodeado de
Birkins de
Hermés,
Alaskas y Marios,
Alcaldesas, ex-modelos, miembros de la
aristocreisy española o periodistas de moda de renombre. El desfile de la firma de
Álvaro Castejón y
Arnaud Maillard es (al margen de los invitados vip, del maravilloso entorno y del increible champán) el evento mas importante de la semana de desfiles cibelinos.
He sido invitado a casi todos sus desfiles y ésta fue la segunda vez que pude acudir. Hasta ahora nunca había escrito sobre su desfile porque siempre me ha parecido que sus colecciones estaban maravillosamente bien confeccionadas y que utilizaban los mejores tejidos pero nunca me habían emocionado. En este desfile para el otoño invierno de 2012-2013, han utilizado los mejores materiales y la mejor costura y han logrado sacudir al respetable con dosis de oscuridad, de imaginación y una pizca de riesgo. Su propuesta tiene el empaque de una colección madura, clásica, elegante, sofisticada, que no necesita de estilismos imposibles para salir triunfante.
Han conseguido no sólo emocionarme sino volver a creer que la moda española puede ser creativa sin ser mamarracha y creo que han conseguido contagiar ese entusiasmo a las modelos y a los que allí estábamos. Por fin han hecho un desfile con fuerza, arriesgando sin tener que tapar la cara a las modelos ni con chaquetas con cuatro mangas. Su propuesta es seria, real, en la que hay ropa de día, de cocktail, vestidos de noche y unos joyones impresionantes amén de unos abrigos ( si, había abrigos, toda una novedad en los desfiles de este invierno) de piel increibles gracias a su colaboración con otro grande de la moda española como es
Santiago de Palacio (el peletero de
Julia) que puede hacer casi cualquier cosa con el astracán, el zorro o el visón. (Es difícil hacer un desfile de pieles sin caer en los tópicos, el señor de Palacio consiguió ensombrecer hasta los de
Fendi).
Ninguno de los dos tienen edad para reforzar sus colecciónes con elementos que ocuparían un pequeño espacio en nuestros medios de comunicación, ninguno de los dos son
enfants terribles y ninguno de los dos tiene pájaros en la cabeza a la hora de mostrar sus colecciones. Por supuesto que el lugar del show ayuda, suma unas notas de glamour, pero todos sabemos que si debajo de todo eso no hay nada que mostar el desfile no llegaría a donde tiene que llegar.
Desconozco si los Alvarno tienen muchos puntos de venta dentro del país o fuera, no sé si tienen una extensa clientela, si su empresa está saneada económicamente o si reciben algun tipo de ayuda. Lo que si sé, es que han empezado a construir su casa con los cimientos que dan la experiencia de años de trabajo en el mundo de la moda y la sabiduría de quienes saben que no sólo un entorno adecuado, un buen champán y la mejor agencia de comunicación aseguran el éxito o la estabilidad en un negocio, el de la moda en España, sujeto a los vaivenes económicos y políticos.