miércoles, 23 de julio de 2008

LA BORRASCHA Y AUDREY.

Mi jefa me da muy poco que hacer estos días, casi no hace ni dice nada interesante, está apagada y un poco jodida, además estoy empezando a admirar su trabajo, sus causas y sus consecuencias y por qué es así. Poco a poco vamos haciéndonos amiguitos, el viaje ha sido definitivo, me he ganado su confianza, para ella la confianza es ver que puedo seguir su ritmo (su ritmo al beber. claro). La única cosa inquietante que ha dicho esto días es que todos vamos a morir de cáncer, es la Nostradamus de la salud. Es muy esperanzador oírla la verdad.

Una de las cosas mas interesantes que la he oído esta temporada (nosotros ya estamos inmersos en el invierno) es que está hasta el orto de Audrey Hepburn. Así suena fatal pero se lo oyes ella y tiene hasta razón, dice que lo único que ha hecho que los diseñadores no paren de escrutar lo estilismos de Audrey es porque era delgada y tenía un diseñador-amigo que la aconsejaba muy bien, amen de una imagen pública muy cuidada de víctima de los alemanes nazis.


Resulta que le he prestado el libro que Donald Spoto escribió sobre ella y no ha hecho mas que alimentar su teoría. Dice que las mujeres que parecen frágiles y que tienen una imagen pública asexuada lo tienen mas fácil para todo, consiguen incluso que otras mujeres las admiren porque no se sienten amenazadas, si a esto le unes un desorden alimenticio que te hace parecer una percha, y una cara angelical esto te convierte en alguien a quien no temer pero si admirar. Sobre todo cuando la Hepburn tenía todo un carácter y los nervios hechos puré a consecuencia de un padre ausente, una madre bastante fría y cabrona y haber pasado mucha hambre durante la invasión alemana de Holanda.

Audrey, y esto es verdad, fumaba tres paquetes de tabaco al día, se comía las uñas de forma histérica y le ponía los cuernos a su marido cuando podía. Mi borraschina dice que lo que mas le gustaba era estar en casa en vaqueros y camisetas y que la moda sólo le interesaba para las películas y o estrenos pero que no era una fashion victim, ella utilizaba a la moda para sentirse segura, con lo que mola que la moda le utilice a uno!.


La biografía no es que sea mala, es que es lo siguiente, aunque a ratos cuenta cosas bastante interesantes como que el director de Two for the road , Stanley Donen desechó la idea de contratar a Givenchy para que hiciera el vestuario (quería una imagen moderna de Joannna y que el vestuario diferenciara las diferentes etapas temporales del matrimonio) idea que a ella le horrorizó ya que sus creaciones la hacían sentir fuerte y estable mentalmente, estuvo a punto de no hacer la película, una de mis preferidas por cierto, por la historia, los saltos temporales y lo moderna que es todavía, además del fabuloso vestuario de Paco Rabanne, Mary Quant o Courrèges.



Después de leer el libro y de ver la película he comprendido que Audrey no quería hacerla porque se veía demasiado identificada con el personaje de la esposa fiel y cuquina que deja de serlo en cuanto se termina la pasión, creo que es una de las mejores películas que hizo nunca, sigue vigente por el tema que trata por cómo lo trata y por la visión realista que da del matrimonio.

Mi jefa odia a muerte a Antonio de Felipe por convertir la imagen de la actriz en un objeto decorativo bastante absurdo del que se han hecho tal cantidad de réplicas e imitaciones como de otro icono del cine del que nadie imita su estilo al vestir: Marilyn Monroe. ¿Es Audrey un icono fashion? ¿un icono a secas? ¿o solamente es un producto de merchandising? hemos asistido en los últimos cinco años a la producción de mecheros, cuadros, camisetas y cosas peores con su cara, llevamos mas de diez o quince recurriendo a u imagen para justificar colecciones que son solamente clásicos renovados (osea clásicos sin mas).


No se a vosotros pero a mi me encanta Audrey Hepburn sus películas y su imagen, me encanta tocando la guitarra en la ventana en Desayuno con Diamantes y tal pero por lo menos aquí, en nuestro país, su imagen necesita bastantes años de barbecho para evitar que hasta yo, que soy fans, termine odiándola. Y es que mis jefa me hace preguntarme a mi mismo unas cosas muy turbadoras que hacen temblar mis cimientos estilísticos.