miércoles, 10 de septiembre de 2008

Mi Borrascha y Grès.

De vez en cuando mi jefa borrascha me suelta una lección magistral sobre algún diseñador muerto, comparte conmigo su afición por las personas que están en el mas allá, al igual que yo, opina que casi todo lo que ahora se hace está mas que inspirado, copiado, en antiguos diseñadores de principios del siglo veinte, que mas que diseñadores eran creadores y sentaron las bases de la moda actual.


El ultimo ejemplo fue Madame Grès, que comenzó su carrera como escultora para ,a partir de mediados de 1930, dedicarse a la alta costura. Como buena conocedora del cuerpo femenino sus vestidos de gasa esculpían el cuerpo a base de pliegues que parecían sacados directamente de un museo griego. La tela pegada al cuerpo parecía reposar sobre el pecho como si estuviera mojada, como la Victoria de Samotracia u otra escultura de su época.


Al igual que predecesores suyos como Mariano Fortuny, Madeleinne Vionnet o Jean Dessés experimentó con tejidos, los retorció, tiñó y trenzó a su gusto para conseguir el efecto que quería que tuvieran sus maravillosos vestidos de noche sobre el cuerpo de la mujer. De hecho éstos eran creados sobre el cuerpo de una modelo o clienta, una técnica que hizo célebre mas tarde el propio Christian Dior. Yo he visto a alguien trabajar así y es una auténtica maravilla.


Su negocio funcionaba muy bien y su fama mundial se extendió hasta llegar a Hollywood donde un montón de celebridades de la época lucieron su vestidos de corte clásico y limpio que recordaban a las túnicas griegas, ya sabéis desde la madre de Stephanie y Caroline hasta Jackie-preO.

En los años setenta fue nombrada presidenta de la Chambre Syndicale de La Haute Couture, y su negocio se extendió hasta el campo de la perfumería, creando su mas célebre perfume, Cabotine. En los 80 siguió trabajando hasta que su compañía fue adquirida, después de una bancarrota, por otra mayor japonesa, que es la actual propietaria.


Para mi, fue una de las primeras minimalistas de la historia de la moda, su estilo es simple, austero, clásico, de líneas suaves pero aun así cada pieza contiene, digo contiene porque está en los mejores museos del mundo, un trabajo tan sofisticado que asusta para la época en la que fue realizada.


Como en su época fue una celebridad y Presidenta de la Chambre, murió sola y pobre como una rata en un geriátrico abandonada por su hija que ocultó a toda Francia que su madre había muerto. No es hasta unos meses después cuando se supo la noticia de que Madame Grès, la reina del drapeado, había muerto a los 93 años de edad sola. Por supuesto los americanos que son muy suyos, le dedicaron una exposición retrospectiva en N.Y. para hacerle el homenaje que su país le negó, Muy fuerte, corazones.