jueves, 30 de octubre de 2008

El árbol de Alexander.

Insisto en que consumimos las tendencias y la moda a tal velocidad que ni siquiera nos paramos a analizar colecciones maravillosas que, por no ser espectaculares o de nuestros diseñadores favoritos, sólo ocupan un vistazo entre los demás desfiles de otras firmas. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que Alexander Mcqueen presentó su colección de este invierno? ¿Seis meses?.


Todos y me incluyo, ya hemos pasado página a una colección maravillosa que se ha visto quizá eclipsada por otras mas fáciles de llevar, y no por ello menos buenas, como las de Givenchy, Lanvin y Balmain, que son los nuevos tres mosqueteros de la moda francesa, esos sí pasándose por el forro el espíritu y la tradición de sus respectivos fundadores. A lo que voy que me enrollo. La colección de Mcqueen para el invierno es una auténtica maravilla que debe ser revisionada por todos nosotros.


Me he enterado a través de Vogue Usa que esta colección está basada en un árbol centenario que data del siglo dieciséis que es de su propiedad. El árbol en cuestión estremece, carece de hojas y debe medir como quince metros, es un árbol digno de Tim Burton. Princesas que quieren ser reinas y que se adentran en la oscuridad del mismo para encontrarse con su príncipe, una historia digna del talento de Mcqueen. Princesas punks victorianas que calzan zapato plano y visten como auténticas reinas. Os recomiendo repasar esta maravillosa colección.