El country chic llegó en el verano del 2001 de la mano de Domenico y Stefanno, podría haber pasado sin pena ni gloria pero resulta que Madonna (y la portada de su disco Music) incluyó en su gira Drownded World de este mismo año un apartado que incluía pantalones acampanados, colas de zorro, cinturones con enormes hebillas, zapatos de puntera y por supuesto el best seller de ese año los sombreros de Cow-Boy. Todas las pijillas, las talegueras, los maricas de extrarradio y alguna famosilla chunga jugaron a parecerse al padre de Hanna Montana, el grandísimo Billy Ray Cyrus, rey del country y del no break my heart my breaky breaky heart!.
Sólo han pasado siete años y ya nadie lleva estos estilismos, si acaso algun friki o alguna paleta cutre en una despedida de soltera con boys en las que ellas gritan al streapper que se quite el tanga con un sombrero de cow-boy con estampado de vaca.
Insisto en lo que digo siempre que la moda debe abusar de uno cuando es joven, mola que te arrolle y tomártela a la tremenda, esa pasión nunca volverá, ni eso ni la tersura de la piel, y con los años descartar elementos que parecen nuevos y no lo son y elegir con criterio para alcanzar una cosa que no se tiene con veinte años, estilo.
