domingo, 22 de febrero de 2009

Egocéntrica.

Puede que te hayas pasado los últimos seis meses creando tu colección, puede que hayas luchado hasta la extenuación por conseguir esas hebillas antiguas tan caras, puede que te hayas pillado los dedos con la máquina de coser y que hayas rastreado todas las tiendas de Madrid para encontrar los botones adecuados, puede que hayas tenido que pedir muchos favores a tus amigos y parientes, puede que en la pared del salón de casa de tus padres cuelgue tu diploma en esa escuela tan cara de Londres que tus padres te costearon, puede que hayas buscado inspiración en los pintores belgas, en Velázquez y Barceló, puede que hayas llorado por el cansancio mil veces estos últimos días por la falta de espacio en tu tienda taller, quizás tu novio te haya mandado a la mierda y tu sastra te odie a muerte por tu inexplicable falta de conocimientos en patrones y que no entienda que te sepas al dedillo el nombre de todas las modelos del casting pero desconozcas lo que es un escandallo.


Puede que sepas desenvolverte en los medios de comunicación como nadie y que tus compañeros aprecien tu ingenio y saber vivir, pero lo que es objetivo es que todo esto no se refleja en tus colecciones, lo único que veo son prendas sucias, mal confeccionadas, que sientan mal y que lo mas probable es que nunca lleguen a ninguna tienda sólo a ese solitario stand donde tú y tus compañeros intentáis vender prendas que nadie comprará. Igual es que desde aquí no se aprecian los detalles artesanales de las prendas, ni todo el esfuerzo. Esto es el resumen general del día de los jóvenes, un tropiezo tras otro.



Muy triste el Ego de Cibeles, realmente lamentable, la mayoría de los diseñadores-creadores que desfilaron dentro de este marco dan ganas de echarse a llorar, se supone que estos son el futuro de la moda española, los que van a recoger el testigo de los afianzados, se supone que Francis, Roberto y Jesús, están ya afianzados en nuestro mercado, para mi gusto están anclados en la pela.

Hay una falta de imaginación, de talento y de ganas de hacer las cosas bien que me pone los pelos de punta, me asusta y me hace huir. Hay una falta de coherencia en las propuestas de los jóvenes que el resultado de la misma es simplón y absurdo que está tan alejado de la tendencia, de la calle y de la moda en general que le da a la mayoría de las colecciones un aspecto como si las hubiera ideado una niña ciega, sorda y muda.

Dice una amiga mía que los diseñadores jóvenes intentan sorprender y noquear al personal a base de transparencias y de supuestas transgresiones(taparles la cara es la mas recurrente) que no lo son, pero a nadie se le ocurre innovar desde el clasicismo, dice mi colega que lo difícil es igualar el talento de Valentino e intentar hacer un traje de chaqueta que las mujeres se vuelvan locas por él.


Siempre hay excepciones, la colección de José Castro me ha resultado soberbia, real, una colección a la que le quitas todos los aditamentos del desfile y el estilismo agresivo y lo que te queda es un traje cojonudo bien confeccionado en el que hay abrigos, pantalones y mucha piel, porque no olvidemos que esta temporada es de invierno. Igual sigue la tendencia internacional pero tiene una coherencia que es un soplo de aire fresco entre tanto payaso. Castro sabe qué silueta quiere utilizar y a qué tipo de mujer se dirige. Una colección toda blanco y negro con unas notas de rojo sangre, sangre de mujeres que parecen sentirse culpables por los animales muertos que han empleado para hacer su estupendo abrigo de zorro, toda una provocación que no resta sino que suma.

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