miércoles, 25 de febrero de 2009

Tápate el culo Stella y un poco de Cibeles.

No soy muy fan del trabajo de Stella McCartney, y mucho menos del de su padre, hasta la fecha lo único que me gustaba, por real, trendy y verdadero, fue el que realizó a finales de los 90's y principios de este siglo junto a Phoebe Philo en Chloé, street wear de lujo con repercusión en la calle. Ellas dos y su equipo consiguieron elevar las ventas de Chloé un 400% en una temporada...que se dice pronto. En los libros de historia de moda seguro que habrá un hueco para ellas.


Al margen de esto y tras su salida de la firma francesa el Gucci Group le ofrece fundar su propia firma, la primera temporada fue el mayor fiasco que recuerdo en el estreno de alguien en su propia firma, de hecho tanto Ghesquière en Balenciaga como Mcqueen, ambas del mismo grupo, tenían de plazo como máximo el 2007 para que su firma dejara de perder dinero y comenzaran a dar beneficios.

Hoy puedo decir que Stella ha superado, y creo que con nota, la prueba de fuego. Revisando su colección de verano afirmo, sin ponerme colorado, que es muy chula, muy real, que las mujeres van a encontrar chaquetas de smoking xxl con grandes solapas en organza,monos de lino, vestidos palabra de honor para enseñar las piernas, que los volúmenes de la parte superior van ayudarles a disimular las caderas y en definitiva se van a sentir guapas, no hay estridencias sólo un poco de Rabanne ni teatralidad, ni siquiera un maquillaje excesivo o unos complementos fabulosos, Stella no es una creadora genial, ni una creadora de tendencias, pero su trabajo está al borde de la calle como su silueta ochentera soft.


Una propuesta real que, a pesar de basarse en todo el tailoring del armario masculino, es puramente femenina y que, como pasa con muchas creadoras femeninas, está basada en lo que a éstas le gustaría encontrar en las tiendas.
Stella no tiene un cuerpo impresionante, al contrario, si os fijaís tiende a disimular su voluminoso culo tapándolo como hacen el noventa por ciento de las mujeres que conozco, ya bien sea con un jersey o con una camiseta larga.



Parece ser que Jon Kortajerena, Vincent Lacroq, Danny Beauchamp y Marina Pérez se han sacado el abono transporte y se han empadronado en Madrid, y es que la vivienda en España está muy mal, resulta que todos ellos están a la espera de que el Pocero de Fuenlabrada construya las viviendas baratas que prometió. Los cuatro son tops internacionales y se van a quedar a vivir en Madrid ya que para los organizadores de Cibeles no existen mas modelos en el mundo, mientras esperan en la cola para conseguir su vivienda comparten piso en la Calle del Niño Jesús con su booker que tiene pánico de que alguno de los cuatro se le escape sin pagar su tarifa de representación.

Mientras tanto en el Parque Ferial Juan Carlos Primero la prensa intenta ser amable con los diseñadores, los fotógrafos intentan no dormirse esperando, los de la cafetería se hacen de oro con todo lo que vomitan en los baños sus clientes, y es que montar una cafetería para comer en un lugar caracterizado por la ausencia de apetito es cuanto menos gracioso.



La hora de los consagrados es en Madrid la hora chanante, Francis un año mas saca toda su artillería pesada que básicamente se resume en su propio entusiasmo a la hora de trabajar que resulta contagioso para sus modistas. Francis ha desenterrado con forceps a Salvador Dalí y claro Dalí le ha mandado un corte de mangas desde el mas allá. Mientras Modesto Lomba terminaba de confeccionar su colección del invierno se le apareció en forma de alfiler Cristobal Balenciaga y le contó al oído que sus ventas se iban a disparar gracias a su colección de mochilas y libretas para el colegio. Miguel Palacio se convierte un año mas en adalid de la gente bien y en plena Gran C. va a abrir una tienda en la que los precios son como de Prada. Alvarado se vuelve bucólico (¿ahora se dice así?) y Del Pozo no sale del ídem.
Se supone que los jóvenes son la gran esperanza y los consagrados la desesperación pero aquí ya nadie sabe quien desepera y quien espera.


Lo mejor de esta edición de Cibeles Madrid Fashion Week,que en realidad debería de llamarse Pasarela Cuca Solana, ha sido los dos espontáneos de PETA (pagados por sabediosquien) para que boicotearan los desfiles en los que se utilizaba piel de animal. Por un momento al ver a ese señor con una pancarta delante de Ikeline todos nos hemos sentido importantes... como si estuviéramos en N.Y.

Lástima que los de PETA se hayan desvinculado de tal mamarrachada.

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