MAMARRACHA DE LA SEMANA: JEREMY SCOTT.

Jeremy Scott llegó, desde su Texas natal a París, y se fue directo a la Rue Cambon a conocer a Karly con la sana intención de hacerse un hueco en el panorama de la moda, no se si lo consiguió pero siempre estaba en el backstage de Chanel, con el cuello llenito de cadenas de la firma, con esa cara de paleta del medio oeste americano, posando para los fotógrafos haciendo posturitas. La publicidad no era suficiente para él. Karly lo acogió entre sus pechos, de aquella eran como los de una matrona de novela de posguerra, generosos, no se separaban el uno del otro. Salió en la portada de la revista gay BUTT donde dos años antes había posado desnudo el grandísimo Berhard Wilheim, todo por la publicidad.


Hasta que por fin consiguió desfilar en la semana de la moda, su primer desfile en el que estaban bastantes tops del momento como Devon (de aquella musa de Chanel) Maggie Rizer o Rhea Durham que desfilaron gratuitamente para él, como en aquel desfile de Galliano en casa de Sao Schlumberger.La diferencia era que aquí no había rastro de talento, todas sus prendas estaban confeccionadas con lamé dorado, la verdad es que el resultado era gracioso en aquella época, era una locura, la mitad de las modelos no llevaban calzado y caminaban de puntillas, una mamarrachada.

Al año siguiente estampó su nombre en todas las prendas de su segunda colección apuntándose a la tendencia logo que resurgía en aquellos momentos, Prada, Gucci o Fendi rehacían sus legendarios logos y los estampaban en cazadoras y bolsos, hasta en cubiteras.
Fue su última colección parisina, volvió a los EEUU, pero no a N.Y. sino a L.A. ¿dónde si no? ha hecho el estilismo del clip censurado de Madonna, American Life y ha diseñado un bolso para Lonchamps, allí continua desfilando sus colecciones con Cory Kennedy como principal musa, para los pocos que no sepáis quien es Cory es una estrella de internet que a mi me pone los pelos de punta de los colocones con los que se deja fotografiar por su no menos grimoso novio The Cobra Snake, dan asco los dos.


En sus ultimas colecciones se ha apuntado al rollo ácido de los 80's con estampados infantiles, pantalones tipo esquijama o colecciones temáticas basadas en guitarras eléctricas y en las máquinas de discos de cafeterías americanas o cosas peores, un asco. Mucha gente moderna le sigue con pasión pero a mi me parece bastante bluff, el típico diseñador efecticista y escandaloso que sigue la estela de otros diseñadores estrellas como el propio Karly o Tom Ford, la típica persona que cree que comportándose excentricamente, como algunos grandes, y haciéndoselo con la gente adecuada podría pasar a la historia de la moda, pero chato, te falta talento y te sobra morro.