lunes, 18 de agosto de 2008

LONDON, BOTTEGA VENETA Y UN ENFADO.

Londres está plagado de turistas españoles, un asco, vosotros diréis que nosotros también somos turistas, y es verdad pero yo no me paseo por Sloane Street con pantalones pirata y chanclas señalando las tiendas y gritando: "mira máma el luis vuitón", no, eso no se hace ni aquí ni allí. Lo último que quiero en esta vida es que me confundan con toda esa chusma que sale de nuestro país para quejarse de lo mala que es la comida inglesa y lo cerdos que son los guiris en general y los hosteleros en particular, para eso me quedo en mi casa comiendo donuts y una doble chisburguer con queso.

Os digo a todos que no es necesario disfrazarse para ir de vacaciones, no me creo que toda esa gente salga a la calle así ni en Sevilla, ni en Vigo, parecen payasos. Ya sabéis, chanclas, pantalones cortos piratas y camisetas de tirantes, coronando el look un minibolso cruzado de esos feos e inverosímiles. Yo de vacaciones me llevo mi ropa normal y la ropa que utilizo en mi vida diaria, además llevo cosas mas cool para las cenas y looks mas esmerados.

A lo que voy, mi visita inesperada del pasado viste fatal y señala las tiendas, y vale que está bien de cuerpo pero es que ¿por qué todo el Reino Unido tiene que ver tus brazos y piernas?¿POR QUÉ?.

El sábado por la mañana visita a Bottega Veneta, mucho bolso, mucha bolsa, mucho mocasín, y muchas botas, todo ello de cuero trenzado que es en lo que se basa la casa , un poco exagerado por la variedad de lo que hay en la tienda... todo trenzado. Me autorregalé unos vaqueros maravillosos enormes con dos pinzas en la cintura con un doble en el bajo, una maravilla de la colección de Tomas Maier. Como las dependientas son tan majas en estas tiendas me azuzó a probármelos y claro, una que es muy puta y no sabe decir que no pues caí en la trampa y me los llevé, son preciosos.

También fuimos a la tienda de Louis Vuitton y la verdad es que había prendas de la colección masculina que son una pasada, los zapatos sobre todo, de una piel fina y suave. Había unos color azul tinta con cordones que me dieron ganas de lamer y todo. También había cosas aberrantes como los nuevos bolsos de camuflage verde con el logo estampado que creo que son del artista Takashi Murakami, son horrorosos. En Prada Uomo tenían esa especie de alzacuellos con corbata de la colección de invierno y la versión baratilla del mismo estampada en camisetas, por ahí si que no paso. Por lo que si pasé fue por un reloj cuadrado que ya había sacado Prada hace unos años de colorines, esta vez lo tenían en colores mas invernales como negro y marrón, me lo compré. El dependiente, muy mono, me explicó que era una edición especial de la que sólo hay mil en todo el mundo, mira no me lo creo, no era tan cara para ser una edición especial, el reloj en cuestión es parecido a este.



El hotel era una monada, muy cómodo y confortable y el staff superamable preguntando todo el tiempo si necesitábamos algo, por supuesto todo lleno de moqueta hasta el techo, a mi hasta eso me hizo gracia.
Lo malo es que hemos vuelto enfadados del viaje, y la culpa es mía, siempre lo es, no tengo límite, me pongo muy jevi y muy transgresor con las bromas, hago gracias con cosas que no las tienen, pero como estoy acostumbrado a que me bailen el agua pues no paro hasta que se enfadan. Y es que este buen hombre es muy sentido y no le gusta que me pase de simpático, me ha dicho que no le gusta esa faceta mía, me han dado ganas de besarle en los morros sin fin, ay dios!.