jueves, 18 de septiembre de 2008

Paso total de Cibeles. Día3.

A Javierín Larrainzar lo abalan años de experiencia en moda. Su firma es un junto a la de Miguel Palacio y Elio Berhanyer la que va a formar parte del nuevo emporio de la moda española con el apoyo de Caja Madrid, por eso y sólo por eso, mister Larrainzar perpetra cosas como esta...

estilo, elegancia y saber hacer. Ya lo veo en la portada de Vogue Italia.


Un año mas el defile de Andrés Sardá es uno de los mejores de la pasarela Cibeles. Lo tiene mas fácil que otros, posee medios, ventas increíbles y prestigio dentro y fuera de nuestro país. Pese a que lo que vende es ropa interior y ropa de baño, su puesta en escena es espectacular, viste a las modelos con vestidos y caftanes de gasa increíbles para mujeres que no pisan ni la arena de la playa ni la calle, sólo el yate.

Alma Aguilar da con esta colección una lección de estilo y buen hacer a los veteranos de esta gran feria que nos sale carísima. Pese a que su propuesta es simple e incluso algo infantil tiene empaque y está muy bien confeccionada. Me gusta por el giro hacia un lado mas romántico y muy ponible. Lo que no sé es lo que venderá, ni dónde.

No soy un gran fan del trabajo de Carmen March. Creo que su vocación costurera no pinta nada en esta Pasarela, aun así su propuesta relajada es chic sin estridencias, para mujeres que no quieren provocar desmayos a su paso. La señora March, ex-novia de Larrainzar por cierto, pertenece a ese grupo de mujeres bellas que han heredado la elegancia natural familiar (traducción: pasta).

José Miró sigue anclado en los años que trabajó para Thierry Mugler. Pretende colarnos "su particular estilo muglerette" mezclando romanticismo con futurismo, algo que Thierry hacía fantásticamente bien porque le sobraba talento.

Lydia Delgado avanza en su estilo, y eso ya es mucho, mogollón. Inspiración años 40 momentos, momentos Commme de Garçons...

Kina Fernández, se vuelve marinera o mariscadora o incluso percebeira, esto es el despatarre.


Hannibal Laguna pretende hacer lo que Dior, Valentino y otras firmas importantes del mundo de la moda pero con sus escasos medios. El resultado no es del todo malo, la confección es perfecta y seguro que colará varios de estos vestidos en alguna alfombra. Eso si el tufo a algo ya visto es la línea de toda la colección.


Qué aburrimiento!.