Volver y dos por el precio de uno.

Volver y no tener nada interesante que contar sobre moda, es algo muy triste sobre todo cuando este blog trata sobre eso, sobre moda, o al menos eso me gustaría a mi.
Las vacaciones han sido una maravilla la verdad, sol, playa, mar, brisa, descanso, calorcito, relax, cervezas al borde del mar, comidas a deshoras, trasnochar...

La vuelta al tajo entre otras cosas ha sido una mierda a excepción de un viaje relámpago a Berlín que mi Jefa Borracha me ha encargado a mi porque el ijodeputa del ambicioso se encontraba de vacaciones con, lo que parece ser, el puto amor de su vida. Las noticias que me llegan de Timón y Pumba es que viven en una perpetua luna de miel, manda narices!.


Vengo alucinadito con el número de Vogue España de este mes, han conseguido que Isabelli Fontana y la mismísima Isabel Preysler parezcan clónicas por obra y gracia del fotoshop. Es una pasada porque Isabelli aparece pálida, con los ojos hundidos, las mejillas sonrosadas y los labios rojos, por momentos parece hermana de Edward Cullem. El resultado de las fotos retocadas en una señora de cincuenta años de este programa informático puede resultar útil si la señora en cuestión se conserva como una uva pasa pero en el caso de Preysler el fotoshop es innecesario, demasiadas sombras en su cara.

Seguramente ella misma ha dado la aprobación al resultado final de la sesión fotografiada por François Halard, colaborador habitual de Vogue Usa, pero sinceramente el sombreado de todo su óvalo facial está completamente injustificado. Lo de la portada es ya de vergüenza, Isabelli Fontana, una de las modelos mas guapas del momento, sale en Vogue España como si acabaran de atravesarla con una estaca en el culo, pálida, mal maquillada y peinada, con la mirada perdida sabe dios dónde!. Siempre caigo en esto de lo del número de septiembre de las revistas de papel esperando no sé qué y al final siempre acabo aborreciendo nuestro panorama revisteril. Eso si, espero con ansia el estreno del documental sobre la elaboración del número de septiembre de Vogue Usa que, aunque se trata de una revista, es sin duda alguna la mejor.



Creo que no hay cosa que mas me guste en el mundo que encontrar viejos editoriales de moda en la red. Los editoriales, las fotografías de moda y las portadas de las revistas de otras épocas me transportan a mundos idealizados de moda que son, en su mayoría, un reflejo totalmente falso de la época en la que sucedieron. Ni en los 50's las mujeres de la calle llevaban enormes faldas ni en los 70's largos vestidos de gasa, aun así, sabiendo esto, me gusta pensar que si se vestía así.


Este editorial de Vogue Usa es excepcional, entre otras cosas porque se trata de Alta Costura de 1990 fotografiado por Irving Penn y con Christy Turlington y Linda Evangelista como protagonistas. Karl Lagerfeld, Gianfranco Ferré y Claude Montana eran los recién llegados para diseñar viejas casas de Costura francesas y dar un nuevo aire, muy necesario, a un negocio que empezaba a languidecer gracias al prêt à porter de lujo y a la falta de ganas de gastarse millones en un traje o vestido.


Estos nuevos diseñadores dieron frescura a la Costura francesa además de rejuvenecer un negocio anclado en clientas que habían comprado en esas maisons cuando todavía sus fundadores vivían. Karly en Chanel, Montana en Lanvin y Ferré en Dior redujeron las faldas de sus trajes a escuetas minifaldas y sustituyeron los zapatos de salón por botas de mosquetero. Dieron un muy necesario meneo a un negocio que vivía de mujeres que encargaban una docena de trajes para cockatil, fiesta y día, mantenidas sin otra ocupación que mantener a raya al servicio, ser buenas anfitrionas y mirar para otro lado mientras sus maridos se acostaban con sus secretarias y/o ayudantes.


Es muy curioso como suben y bajan las firmas, hoy sería impensable un editorial en Vogue en el que sólo saliera un vestido de Dior y cuatro o cinco de Christian Lacroix. En esa época estaba muy de moda y las redactoras de Vogue adoraban sus trajes de princesa medieval, sus encajes y sus espectaculares vestidos de fiesta. Por el contrario las feministas lo despreciaban por crear vestidos para mujeres que les hacía parecer floreros andantes. Es triste comprobar cómo su presencia en las revistas de moda pasó de protagonismo absoluto a casi ni una sola reseña de sus colecciones en la segunda mitad de los 90's con la aparición estelar de Galliano y el resto de nuevos creadores británicos.

El grandísimo Claude Montana duró dos telediarios y medio al frente del Lanvin, hasta la Casa en la que ahora triunfa Alber Elbaz, y que me fascina, le llevó su tenacidad y el éxito que su propia firma tenía en la época de las grandes hombreras, las gafas de sol perennes y la super mujer ejecutiva. Claude Montana dibujó una época inolvidable de la moda, una época tan relevante y de un calado tan profundo que hoy en día sigue vigente, y si no echad un vistazo a los especiales de colecciones de las revistas de este mes.

Mucho Versace, mucho Lacroix y mucha influencia madonnil, según explica la redactora que escribió los pies de página, pero inexpliacablemente no hay ni un solo vestido del maestro de la Costura: Valentino. Yo no sé por qué, pero os aseguro que me encantaría saberlo, los Vogues Usa siempre le han tenido mucha rabia al señor anaranjado, es muy raro porque sus clientas en EEUU era legión, todas las ricachonas tejanas que se dedicaban al negocio del petróleo, eran muy fans de sus vestidos de novia y de sus vestidos de fiesta, yo no se si alguna vez Val se coló delante de la cola del solarium por delante de Anna Wintour y todavía no se lo ha perdonado o algo, no lo entiendo la verdad.
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¿Y qué me decís de los dos vestidos de Karly?. El de terciopelo azul que lleva super-Linda es simplemente maravilloso, los botines a juego, dice la señora que escribió los pies de página, son gracias a la influencia de Madonna en la moda de la época, muy grande!. Si os fijáis un poco en los otros dos vestidos de Chanel son exactamente iguales que creaciones de Karly del año pasado o del anterior, lo de las botas de mosquetero ya lo utilizaba en 1990 y continúa como algo recurrente y cíclico en sus colecciones, unas botas que harían palidecer, cabrearse y seguramente morirse otra vez a la mismísima Chanel, que en gloria esté.


Esto es todo por ahora, ya sé que no es mucho pero si que es un comienzo, no?. Ah! otra cosa, con respecto a los comentarios del blog he habilitado lo de la verificación de la palabra porque hay un montón de ciudadanos chinos llamados Kevin o Joe que no hacen nada mas que enviarme comentarios en el post anterior y me han dicho que no son admiradores sino spams, un asco. Nos vemos pronto, corazones.