Retrofuturismo y post futurismo.

Hay varias similitudes en los desfiles o propuestas de Balmain y Ghesquière, ambos son efecticistas, sexys y muy del momento en el que estamos. Ambos proponen siluetas marcadas en cintura, pecho y cadera, ambas propuestas están ancladas en lo que ya otros experimentaron en los 80's en moda y en otras décadas en cine. A finales de los 80's la tendencia en el cine de Hollywood era un futuro apocalíptico y muy chungo en el que las mujeres y los hombres luchaban por sobrevivir en un mundo hostil en el que faltaba o el agua, o la comida o los propios humanos.


Chirstophe Decarnin se ha centrado en el look discoteca de finales de los 80's, en lo sexy evidente, en el brillo y el minifaldeo, todo bien cuajadito de lentejuelas y strass, en realidad se ha centrado en lo que lleva haciendo desde que empezó en Balmain. El invierno pasado la cosa se puso Michael Jackson, con sus chaquetas militares llenas de galones y sus pantalones desgastados con encimas, en cambio esta propuesta de verano es mas Tina Turner en Mad Max. De hecho hay prendas que parecen sacadas del guardarropa de Tina de sus maratonianas giras de finales de los 80's, vestidos muy minifalderos que Azzedine Alaia y Gianni Versace crearon para ella y que ella lucía increíble con aquellas piernas maravillosas.



A la colección del invierno pasado le ha añadido rotos y descosidos, los acabados parecen no existir y hay prendas que parecen realizadas con viejos pantalones cargo copiados de las primeras colecciones del propio Ghesquière o con antiguas casacas de la Segunda Guerra Mundial. Si las dos ultimas colecciones de Decarnin han tenido un hondo calado en nuestra suciedad esta no va a ser menos, su éxito radica en algo tan sencillo como que es muy fácil "Get the Look for less". Te pillas unos leggings de lentejuelas en Zara o unos pantalones desgastados en Stradivarius o unos shorts o una americana skinny y unos botines de tachuelas (a la venta en todas las tiendas de moda pronta) y ya no necesitas soñar con que te toque el euromillones para comprar sus vaqueros rotos de dos mil euros. Sus minivestidos, de malla metálica o lentejuelas de manga tres cuartos, ya se encuentran a la venta, fusilados, en todas las tiendas de moda pronta. Mérito para Decarnin conseguir que las mujeres vuelvan a enseñar los muslos tras mas de una década ocultos bajo pantalones cargo, pitillos, trajes de chaqueta, etc. Hay varios pases realmente fascinantes en este show, el minivestido drapeado que lleva Anja Rubik con los huesos pélvicos al aire me da miedo aunque hay uno que lleva Daria que es como una camiseta y una mini de cota de malla que directamente le sienta mal...a ella le sienta mal y a mi me da ganas de vomitar.


Y es aquí cuando Balenciaga y Balmain se separan en su camino, las prendas de Ghesquière son de un futuro que aun no ha pasado, de un futuro que está por venir, o de un futuro que sólo se encuentra en la mente del señor Ghesquière, un futuro marcado por faldas troquelas, tops asimétricos de piel fina, pitillos de cuero con un patrón bastante mas complicado que cualquier prenda del desfile de Balmain y sudaderas siderales, en su propuesta no hay atisbo de nada que huela a antiguo o vintage. Ghesquière inventa, crea y avanza en cada colección pese a que el resultado no es bonito, ni sienta bien, ni favorece al cuerpo de una mujer porque no lo tiene en cuanta a la hora de diseñar sus colecciones.Si que es verdad que por lo que apuesta está incríblemente confeccionado, y que su visión es completamente única. Ahora bien esto que propone es incopiable desde casa porque ahora mismo no consigues un clon de uno de los looks ni de coña, otra cosa son los complementos, y ¿que pasa cuando Zara no copia algo por lo que la gente clama que lo haga? pues que el éxito es bastante relativo con respecto a la calle. Desde los pañuelos palestinos y las blazers toreras no ha vuelto a haber clones en las tiendas. No vamos a encontrar esa falda troquelada en cuero increíblemente construida que se abre al caminar ni ninguno de los tops de napa bicolor.


Mi conclusión es que sin gustarme ninguna de las dos propuestas entiendo el éxito que tienen y lo nuevo que parece la propuesta de uno no siéndolo y lo que mola sentirse por un día y con cuatro trapos una estrella del rock de los 80's. Y entiendo que las fashionistas se pirren por el trabajo de Ghesquière en tanto en cuanto les parece algo que admirar, y aquí entra en juego el momento inaccesible, en Balenciaga son expertos en exclusividad de sus productos lo que les hace mas y mas deseables, puedes tener unas gafas o un perfume de Dior pero de Balenciaga no puedes ni conseguir un escupitajo de Nicolas.