Sliding Doors.

Hay una película de 1998 de Gwyneth Paltrow que se llama Sliding Doors, aquí se llamó Dos vidas en un instante. El argumento parte de la premisa de qué hubiera pasado si un día cualquiera, Helen, la protagonista, hubiera perdido el metro o por el contrario qué hubiera pasado si hubiera llegado a tiempo antes de que las puertas correderas se hubieran cerrado. La película es algo floja aunque el argumento es bastante interesante. Dos historias en una que parten de un punto completamente casual, el azar y el destino.Todos alguna vez nos hemos preguntado que hubiera pasado si hubiéramos hecho una llamada a tiempo, si hubiéramos ido a ese viaje o no hubiéramos vuelto la cabeza y ese casto beso en la mejilla se hubiera convertido en uno apasionado, cómo nuestras vidas serían o hubieran cambiado a partir de ese momento.



Puertas que se cierran y puertas que se abren, el azar. En el mundo de la moda el azar es algo con lo que los creadores no cuentan a la hora de elaborar sus colecciones (a no ser que hablemos de Francis Montesinos). Se supone que durante seis meses se seleccionan tejidos, se crean siluetas y se traman nuevas fórmulas para conquistar a un público cada vez mas adormecido ante lo que se propone, un público saturado de información sobre diseñadores, modelos, maquillajes, bolsos, complementos, zapatos y campañas que son un furor unos meses e incluso sólo unos días.

Por supuesto que ha habido momentos en la historia en los que el azar ha jugado una baza importante. La primera colección que presentó Christian Dior en París, tras la Segunda Guerra Mundial, tuvo tanto éxito porque la prensa francesa se encontraba en huelga y no publicaron las críticas sobre el desfile (que por cierto eran demoledoras ya que consideraban que ese barroquismo no era provocación en una época de restricciones) . El éxito de la colección vino alzado por la prensa americana, que a parte de bautizar la colección como New Look de la mano de la directora del Harper's Bazaar Carmel Snow, proclamaron que, Dior, de un plumazo, había borrado todas las penalidades de la posguerra.



Me sorprende cómo la prensa especializada ha tachado en general las colecciones del invierno que viene como sosas y que en general lo único destacable es el uso y abuso del color camel por todas las firmas relevantes. Yo creo que ese sosegamiento en las propuestas responde a algo que nuestra sociedad global está atravesando. La gran C. nos ha dado un bofetón a los ciudadanos de a pie, a los gobiernos de los países desarrollados y también al negocio del lujo. Han caído un montón de empresas y las que han sobrevivido se están centrando en un estilo mas clasicista y enfocado a mujeres no a niñas, una respuesta clara y formal a toda esta locura de proclamar icono fashion a niñas de tres y cuatro años sólo por el hecho de vestir como les da la gana gracias al dinero de sus padres.

En su mayoría son las clientas de mas edad las que tienen el poder adquisitivo para acceder a esas prendas por su elevados precios, es raro que una niña de veinte años pueda comprar algo de Chloé ( he dicho raro no imposible) por eso la colección del invierno está dirigida a mujeres de mas de treinta o a hijas de narcotraficantes y/o traficantes de armas.



No es que la colección de este invierno del 2010 de Dries Van Notten sea excepcionalmente diferente a las del resto de su carrera, si no es que el público, el que consume y el que no, necesita una silueta real, algo fresco, mas sosegado, algo que NO rezume dinero, sexo y poder sino elegancia serena, colores suaves, vestidos que favorecen , abrigos que den calor y trajes versátiles. No es el azar el que ha hecho que toda la prensa del planeta vuelva la vista hacia esta estupenda colección sino la necesidad global de mesura, de cordura y de echar todos un poco el freno a esta locura que hemos vivido en lo que va de siglo.



El azar, puertas que se abren y puertas que se cierran, la duda de qué hubiera pasado si...el instante que divide una vida entre una cosa y otra, quién no se ha arrepentido alguna vez de no haber hecho algo, de decir una palabra en vez de optar por el silencio, quién no se ha hecho preguntas así?. Quienes de vosotros no os habéis planteado preguntas como ¿qué hubiera pasado si Andrew Cunanan no hubiera disparado a Versace en a puerta de su mansión de Miami?, ¿qué hubiera pasado si Alexander Mcqueen no se hubiera puesto ciego de coca y de tranquilizantes?, ¿ qué hubiera pasado si Marky no hubiera sido elegido para dirigir el prêt à porter de Louis Vuitton?,¿quién seguiría desfilando hoy en La Cuarta Pasarela mas Impor tante del Mundo sin ayuda institucional?. Probablemente nunca lo sepamos gracias o no al azar o al destino.